viernes, 10 de agosto de 2007

Día Cero

Regresaba del Rancho de Toluca, me tocó manejar porque Iván tenía sueño; iban sus dos pequeñas hijas, su esposa y yo. En mis pensamientos seguía Ella, siempre Ella... Fue insoportable seguir con esto, seguir atormentándome. Era domingo y no había recibido ningún mensaje del celular, tampoco yo había mandado ninguno. Ese día, al ir comiendo kilómetros de regreso a la ciudad, entendí que debía tomar una decisión, era necesario alejarme de eso que me mantenía sumergido en la incertidumbre y desesperación. Era necesario dejar de aferrarme a alguien que no quería estar a mi lado, era necesario tomar una decisión así de radical. Paramos una hora a comer, el clásico consome con un par de tacos de pancita fue lo que pedí. Siempre acostumbro pedir eso si de Barbacoa se trata. Me hace recordar aquellos lejanos domingos donde mi padre nos llevaba a la Barbacoa de "Blanco" un centro comercial que ya no existe. Me hace recordar a mi padre que le encantaba el consome y los tacos de espaldilla. Aunque ese día, quizá no lo recordé, mis pensamientos sólo tenían una dirección: Ella, siempre Ella. Ya hacía más de 4 meses que no podía dejar de pensar en Ella ni un segundo, los mismos 4 meses en donde yo luché, donde intenté con todas mis fuerzas estar con ella. Al final no lo logré, mi táctica y estrategia fallaron. En el lugar donde comíamos sonaba música grupera; me hizo recordar que tres días atrás habíamos ido al Rodeo Santa Fe a grabar el 25 aniversario de Los Cardenales de Nuevo León, en realidad no sabía quiénes eran ellos, ni que cantaban, sólo sabía que era una banda de música grupera y que nos serviría para seguir desarrollando los programas pilotos de La Sonaja, programas que iremos a tratar de colocarlos en las cadenas televisivas de Los Angeles. También recordé, cómo Don Chayo; líder de Los Cardenales, nos había invitado a su concierto al día siguiente en El Toro Loco, al sur, pero al sur de la ciudad. Y que el viernes anterior a este día cero, cruzamos todo periférico con todo y su tráfico para llegar al Concierto o "Baile". La verdad es que nos divertimos mucho. Me había tocado manejar en pleno tráfico, para hacer más ameno el momento puse la peli "Fuera del Cielo" para que mis compinches se divirtieran un poco mientras yo me chutaba el tráfico, a pesar del nuevo reglamento de tráfico que prohíbe cualquier reproductor de video en los autos; allí tenía a tres sujetos bien clavados en la película. Llegando al sur, casi en Six Flags; recibí un mensaje en el Celular. Era Ella, me decía que su celular se había descompuesto y por ello no me había mensajeado por dos días y medio. Esos dos días y medio anteriores donde yo entré en la mayor de las crisis por su ausencia, en donde yo casi me desbarato por sentirme tan devaluado, por sentirme tan incapaz de lograr que estuviera a mi lado, que me dejara tener mayor acceso a su vida. Fueron dos días donde comprendí que por más que hiciera, dijera; no iba a estar a mi lado, no me pertenecía. Le contesté diciéndole que estaba en el tráfico y que grabaría a "Los Cardenales de Nuevo León" después de un rato llegó la respuesta deseando suerte en la grabación. Comiendo, escuchando la música de banda y absorto en mis pensamientos; comencé a a decirme que era necesario mandarle un mail de despedida, que tenía que retirarme de su vida y tratar de olvidarla, tratar de recuperar mi valía, mi autoestima. Que no podía seguir engañándome, ya estaba demasiado desgastado, demasiado débil, demasiado deprimido. Bajé de peso, mi tristeza se reflejaba y todo mundo comenzaba a darse cuenta de que algo me estaba sucediendo, ya me era díficil ocultar mi dolor, contener las lágrimas. Pensé que debía hacer algo, hacer algo y pronto. Esta vez mi hermano tomó el volante y seguimos el camino de regreso a casa, en el asiento de atrás yo venía ocultando mi dolor, tratando de jugar con Irán, mi pequeña sobrina de dos años, tratando de que mi trsiteza disminuyera un poco al ver su carita alegre, al sentir sus besitos, su calorcito; trataba que me diera un poco de su mucha energía. Llegamos a la casa, en el negocio estaba otra de mis sobrinas atendiendo, esperando mi llegada para irse. Tomando las riendas del negocio, comencé con la decisión. Era necesario retirarme de Ella, necesitaba ponerme bien, quería terminar con mi tristeza. La única solución en ese momento era mandarle un mail diciéndole que tenía que irme, que ya no soportaba más dolor. Estuve escribiendo el mail, revisándolo hasta que terminé. Quizá no pude decir todo lo que hubiera querido, pero era urgente, ese día, en ese momento era URGENTE acabar con esto. Di click en Enviar, instantes después la confirmación de que el mail había sido enviado correctamente, tomé el celular y borré su número de teléfono; nunca me lo aprendí, sólo los primeros tres números. Sentí un hondo dolor, un tremendo dolor, el dolor, supongo; que se siente cuando algo muere, el dolor que se siente cuando algo termina definitivamente. Poco a poco en ese día cero mi estado de ánimo recuperó algo de tranquilidad. Finalmente, yo había tomado la decisión, finalmente me había decidido a terminar con esta "relación" que me estaba volviendo loco, era yo el que decía adiós, era yo quien tomaba las riendas de la situación, la primera vez en todo lo que duró esto. Hacía más de año y medio que nos conocíamos, hacía más de año y medio donde pasabamos largas horas platicando y conociéndonos. Supongo que nos conocimos bien, y poco a poco, lentamente la fui queriendo; hasta, por supuesto, terminar profundamente enamorado de ella. Fueron tantas cosas que nos dijimos que irremediablemente no puedo olvidar tan de repente. Tanto sentimiento acumulado, que al decir adiós, por supuesto, causa una tremenda tristeza. Pero lo intenté, intenté con deseos profundos, con fuerza, con amor, con mucho amor; intenté estar con ella, que se enamorara de mi, que me aceptara total y profundamente. No lo conseguí, perdí y tuve que retirarme de su vida; y ahora intentar retirarla de la mía.

No hay comentarios: