martes, 2 de octubre de 2007

Día Cincuenta y ocho

Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte Estoy dispuesto a liberar la necesidad de amarte

lunes, 17 de septiembre de 2007

Día Cuarenta y tres

Maná sigue siendo la música que acompaña las mañanas. Mi estado de ánimo sigue de un lado a otro. Creo que estoy muy frágil ultimamente. Tengo una sensación de que los días pasan rápidamente, pero el tiempo que he estado en esta situación me parece eterno. Casi 6 meses, pueden ser bastante tiempo. Algunas veces en mi vida 6 meses han sido muy poco tiempo, a veces llega fin de año y dices: Qué rápido se fue este año, cosas como: Este año si se fue súper rápido, más que los otros. Yo creo que el paso del tiempo a veces está en función de cuánto lo disfrutes o no. Es decir, cuando disfrutas algo se pasa rápido, muy al contrario; cuando te la pasas mal el tiempo parece detenerse.
Por supuesto, he tenido temporadas malas en mi vida. Sobre todo cuando el mal de amor está. Es un sufrimiento feo, no recuerdo haber sufrido más por otra cosa que no sea por estar enamorado de alguien que no está contigo. Bueno, creo que he roto mi récord personal de sufrimiento a causa de este mal. Recuerdo que siempre me ha costado olvidar a una persona. Lo más que había durado eran precisamente 6 meses. Alguna vez leí o escuché que este mal de amor no pasa de los 6 meses. Porque el cuerpo no aguanta más de 6 meses en estar en esa situación. Se desgasta tanto que al llegar a los 6 meses solito se recupera. Es como si se sacudiera la opresión, depresión y demás para estar tranquilo. Pues si, lo más que había durado en olvidarme de alguien eran 6 meses, mejor dicho, 6 meses en los que duraba la depresión. Pero también recuerdo que era menos dolorosa, me refiero a que si quizá 6 largos meses, pero que al menos poco a poco iban disminuyendo los síntomas de depresión. Sin tanta angustia, sin tanta desesperación, sin tanta tristeza, sin tanto llanto. Digo esto porque estoy a poco de cumplir 6 meses en este estado. Y no le veo fin. Será que sigo albergando la esperanza.
Hace algunos días, ella estuvo triste. Me decía que sentía incertidumbre por su situación laboral, la sentí muy triste. Conmovido le llamé en la noche y logré tranquilizarla. Al mismo tiempo de tranquilizarme yo también. Sólo que mi necesidad de estar con ella ha crecido muchísimo. Ya no soporto. Ya necesito estar a su lado. Al día siguiente de esa llamada ella me confesó que sentía un cosquilleo, un cosquilleo al pensar en mi al sentirme cerca de ella. Yo pensé que era enamoramiento, quizá lo sea; pero ya hay demasiadas dudas. Yo estuve muy bien, en un estado de ánimo bastante calmado, obviamente no total; pero al menos no tan mortificante. El problema es cuando se acerca el fin de semana. Y más cuando llega la tarde-noche y no recibo mensajes de ella. Y no los recibo, estoy seguro, porque es cuando ella está con su novio. Me dan muchos celos.
El Jueves, venía de regreso a casa, manejando la camioneta. No había recibido mensajes de ella y sabía, sentía, estaba seguro que estaba con él. El llanto me ganó, venía llorando de forma tremenda; en un momento el llanto nubló mi vista y apenas veía el asfalto frente a mi, cuando eso sucedió aceleré. Por un instante pensé que ya no importaba nada. Como si deseara estrellarme, dejar de existir. Tuve que contenerme, hacer algo sobrehumano para recuperar el control, recuperar el control de mi vida. Eso es lo que más deseo. Al día siguiente fue parecido. Me desmoroné, la imaginaba con él, pensaba que en ese presiso instante le estaban haciendo el amor y lo peor imaginaba que ella lo hacía enamorada, sin pensar en mi.
El sábado por la mañana estuve muy triste, demasiado triste. Quería olvidarla, sabía que era necesario. Pensé que tenía que terminar con esto. Decirle adiós una vez más, pero de una forma definitiva. En la tarde, tomé el teléfono y le marqué. Tenía que decirle que ya bastaba, que ya me dejara marchar. No pude. Soy demasiado vulnerable a ella. Le dije lo que había ocurrido el viernes, que la había sentido con él. Ella se quedó callada, un silencio que entendí que era verdad lo que había sentido. Cuando rompió el silencio me pidió perdón. Como siempre le dije que no tenía porque pedirme perdón, le dije que no pódía aceptar su perdón porque ella no había pedido que la amara, que ella no había pedido que yo estuviera así. Le dije que comprendía que yo le ofrecía mis brazos; pero que ella ya los tenía, le ofrecía mis besos, pero ella ya tenía besos. Es decir, todo lo que yo le ofrecía ella lo tenía. De modo que ella no pidió que yo me enamorara y eso la libraba de toda culpa. Quizá la plática iba bien. Pero no tuve el valor de decirle que ya bastaba. Le dije, Ya, ya necesito estar contigo. Ella me dijo, cómo últimamente me lo ha venido diciendo: Que quiere estar segura de dar ese paso, que quiere estar completa conmigo sin ningún sentimiento de culpa. Son frases que ella dice que me desarman, que fortalecen mi paciencia. Aunque ya es demasiado fragil, se rompe al menor roce. Esta vez duramos 3 horas platicando y en la noche después del grito de independencia otras 4 horas platicando por teléfono. Un total de 7 horas en ese día. 7 horas que se multiplican por 2.85 el minuto. Y con mi casi bancarrota, será dificil. Pero en esas 7 horas me dijo algo, me dijo algo que no sé si será un error, no sé cuánto pueda afectarme en los próximos días. Dijo que la relación con su novio iba muy mal, que era algo que sabía que tenía que terminar. Dijo que ya no era el mismo amor...
"Como quisiera poder vivir sin aire, como quisiera calmar mi aflicción, como quisiera poder vivir sin agua, me encantaría robar tu corazón..."

martes, 4 de septiembre de 2007

Día Treinta

"Su cabello se blanqueó, pero ningún barco a su amor le devolvía". ¡Wow! ya el día 30, casi un mes, mejor dicho mañana se cumplirá el mes desde que decidí que tenía que olvidarme de ella. Es increíble cuánto he podido soportar en esta situación. Al finalizar este mes patrio cumpliré 6 meses de total y absoluto sufrimiento. "Yo te perdono no hay rencores, solo los dolores... Te lloré todo un río, ahora llorame un mar". Ultimamente me la he vivido escuchando a Maná por las mañanas. Sobre todo la rola de Ojalá pudiera borrarte. Es muy tranquilo el estilo de Maná, en realidad, aunque sus letras son tristes, su ritmo y melodía son bastante tranquilizantes, al menos eso produce en mi. Son como rolas de despecho, pero sin tanto rencor. Y justamente eso quisiera, poder borrarla de mi vida, olvidarme de su nombre, de su existencia. No quiero llegar a odiarla, no quiero y no necesito rencores, resentimientos y todas esas cosas que ocurren.
Ha pasado mucho tiempo, demasiado. Mucho más de lo que quisiera. A veces me pregunto: ¿Cómo es que ha perforado tanto mis pensamientos? ¿Cómo es que puedes aferrarte tan desesperadamente a alguien? Muchas otras, le pregunto al aire como si le preguntara a ella: ¿Cómo es que no me dejas ir? ¿Cómo es que puedes decirme que me quieres? ¿Cómo es que me hablas llorando diciendo que no quieres que me vaya de tu vida? ¿Cómo es que no te decides? No encuentro respuestas a estas preguntas y en realidad yo creo que ni ella misma tiene esas respuestas.
El fin de semana pasado, hablamos el Sábado estuvimos en el teléfono por 4 horas. Ese día después de decirnos muchas cosas, de decirnos que nos queremos, algo ocurrió que la sacó de onda. Se puso seria. Los dos comenzamos a llorar, bueno al menos yo lo hice, de ella no tengo la certeza si lo hizo o no. Ese día, fue la primera vez que me dijo: ¡Te Amo! aunque la verdad es que lo dijo un poco presionada por mi. El hecho es que lo dijo y lo dijo 3 veces. Por supuesto, me desarme, ante esas palabras mi alma se sublevó, me tranquilizó y obvio, mi esperanza creció. Al día siguiente ella estaba demasiado preocupada o conflictuada, a decir verdad, no sé cómo llamar a su estado de ánimo. No entiendo que es lo que sucede con ella. Lo que si sé, es que es demasiado dura con ella misma. Y por regla general, al ser dura con ella pues es dura con la gente que la rodea. Ese mismo día, yo estuve muy tranquilo, triste; pero tranquilo. Es como si al decirme Te Amo, hubiera provocado un efecto de anestesia en mi ser. Triste porque de alguna manera al decirlo, algo había de cierto en ello. Me pude conformar con esas tres veces que lo dijo: pensé que en realidad había amor, mucho amor entre los dos, pero que por circunstancias ajenas a nosotros no podiamos estar juntos. Esa anestecia me duró casi una semana. La ansiedad de no tenerla, de desearla, de amarla llegó a mitad de semana, el llanto volvió, la tristeza e incertidumbre.
El siguiente fin de semana, ella se fue a Puebla a un seminario. Los mensajes eran esporádicos, de hecho ella no tenía credito en el celular. Pero no faltó un solo día sin que me escribiera un mail para decirme que me quería y platicarme cómo le iba en Puebla. Por supuesto, yo le enviaba mensajes al celular y ella los contestaba vía mail. Quizá un tanto cuanto divertido. Aunque yo ya no veo el lado divertido de esta relación.
Ayer, ayer. Fue trágico. Le transcribí un poema. Un poema que le gustó. Siempre le gustan los poemas que le transcribo. En especial de Mario Benedetti. Este que transcribí ayer, no recuerdo de quién era. Pero le gustó. O eso dijo. Yo sabía que irremediablemente ayer estaría con su novio. No puedo hacer nada al respecto. Y lo que es peor, sé que ayer le hizo el amor. Pensar en eso me llevó a la desesperación, me enojé por sentirme en esa posición, me enojé con ella, conmigo mismo. Pero estoy seguro que ayer le hicieron el amor, ayer obtuvo caricias y las dio. Y no fueron mías, ni tampoco fueron a mí. "No tienes corazón, no te vuelvo a amar; te lloré todo un río. Ahora llorame un mar..."

viernes, 24 de agosto de 2007

Día Diecinueve

"Yo no debí amarte nunca, pero ya hoy es muy tarde..." "Dios bendiga tu camino, mientras tanto que te olvido, te deseo que seas feliz..." Los ya acostumbrados mensajes de buen día y buena noche. Ya solo dos mensajes al día. Yo sigo sin crédito en mi celular. Es increíble las políticas de las grandes empresas. Será síntoma del neoliberalismo, bueno a decir verdad creo que ya todo es síntoma de este modelo económico. Salí de viaje y no pagué la mensualidad del celular, al regresar ya no tenía servicio por falta de pago, por fin pagué hace un par de días y me dijeron que tardarían un lapso de 72 horas para abonar el nuevo saldo. Además, como dicen, a veces llueve sobre mojado no refiriéndome al Hurcán Dean que se convirtó en tormenta tropical llegando a Querétaro; sino a que no obstante que me gasté una lanota en el viaje y además de que apenas saldría con los gastos mensuales, resulta que ahora me tocó la anualidad del celular y por partida doble porque pago también el celular de mi madre.

La mañana transcurrió como de costumbre, con un poco de ajetreo en el negocio por aquello de que los niños ya están en clases. El día en su mayoía estuvo soleado, fue buen día, de alguna forma inyectó algo a mi estado de ánimo, claro que no supuró la herida, pero si la durmió o ¿adormiló?. En fin, me metí a bañar a las 3 de la tarde, justo el tiempo para comer algo rápido e irme a La Sonaja. En la ducha como ya viene a ser costumbre me dejó ir, en ese espacio dejó que mis lágrimas se confundan con las gotas de la regadera. Allí estaba yo, una vez más sacando el dolor en el llanto. Esta vez, el llanto fue acompañado con algunas como convulsiones que me nublaron la vista por un segundo, cómo que lloré hasta secarme. Después de eso, sentí cansancio, mucho cansancio, de ese cansancio que lo único que quieres es llegar a la cama y dormir. Me dí cuenta de que sentía cansancio de estar en esa situación, de seguir triste. Y cómo no he de sentir eso si ya llevó cerca de 5 meses con esta tristeza. El cansancio y aletargamiento del dolor hizo efecto por lo que restó del día.

Ya en La Sonaja me habló Pepe, para que lo acompañara a hacer algunos pagos a plaza Satélite, algunos pagos que también me correspondían a mi. Justo para finalizar el último pago en Liverpool, precisamente el pago de la televisión High Definition de la oficina. Un monitor blanco que se encontraba en el departamento de computadoras me llamó la atención. En lo que le hacían las cuentas a Pepe, me lancé de mirón. Era un monitor cinema display marca Apple de Macintosh, me dije. Le llamé al amigo y le dije: mira ese monitor necesitamos para la G5. Por supuesto que llegó el empleado de piso a envolvernos con su labia mostrarnos que no era sólo un monitor; era la nueva Imac Core duo de Macintosh y que además estaba a un súper precio de 20 mil pesos diferido a 13 mensualidades sin intereses con tu tarjeta Liverpool. Nos quedamos viendo Pepe y yo con ojitos de ¿Cómo vees?

En la noche detallando algunos trabajos pendientes en La Sonaja y terminando de configurar la nueva Imac y nueva deuda de La Sonaja, me retiré a mi casa. Hoy si me trajé el carro, porque además llevé a presumir la nueva cámara HD, el kit repuesto de micrófonos y la grabación Hd de Las Vegas, Nevada. Llevaba el cd de Tributo a Juan Gabriel con la Banda el Recodo. Por supuesto sólo me fui escuchando dos rolas, las repetía una y otra vez. "Olvidarnos tu y yo, será mucho mejor; fácil es para ti ya que tienes otro amor..." Llegué al billar de mi hermano, tenía hambre, pero no tenían nada de comer. Mi cuñada me dijo que me disparaba unos tacos, pero la verdad había más flojera que ganas de comer. Eso me llevó a pensar que también hace tiempo que no como bien. Es por ello que he bajado de peso. Hago una sola comida o media comida al día. Pero eso si, otra vez casi una cajetilla de cigarros "Camel".

Jugué rato Pool con mi hermano y me fui a mi cuarto a dormir. Llegué, encendí el telvisor una clásica recorrida a los canales y la apagué. Acomodé nuevamente la Laptop para dejar que sonará: "Yo no debí amarte nunca, pero ya hoy es muy tarde..." "Dios bendiga tu camino, mientras tanto que te olvido, te deseo que seas feliz..." una y otra vez, una y otra vez; así hasta las 6 de la mañana.

jueves, 23 de agosto de 2007

Día Dieciocho

El Huracán Dean hizo estragos en la ciudad en este día. No paró de llover en todo el día. Hubo frío, la colonia se inundó y yo no salí para nada. No fui a La Sonaja, quise evitarme el tráfico que seguramente hubo de regreso. Una vez a causa de la lluvia hice 3 horas de regreso, con poca gasolina y nada de dinero en el bolsillo. De modo que esta vez no quise arriesgarme, más cuando mi economía no está en buenas condiciones.
La mañana transcurrió como de costumbre, hablé por teléfono con ella en la mañana, estuvimos alrededor de 15 minutos, platicando de la lluvia, el frío que se sentía y unos cuantos te quiero. Ella estaba un poco ocupada, de modo que la dejé trabajar y me dediqué a abrir el negocio y a ponerme a trabajar también.
En la tarde tenía que ir a La Sonaja, pero Dean me convenció para que no saliera, de modo que me fuí al Billar de mi hermano y estuvimos jugando un poco. Nadie sabe a ciencia cierta qué algo me está pasando, quizá me vean diferente de un tiempo a la fecha, un poco cansado, deprimido; pero nadie se ha atrevido a preguntarme. Me han comentado que he bajado de peso. Y eso es cierto, he bajado mucho de peso, eso es lo único que me gusta, he bajado la panzota que de repente se me llegó a formar. El ayudante de mi hermano, quizá sin querer o quizá al verme logró adivinar y pusó un cd de El Recodo, Tributo a Juan Gabriel. ¡Carajo! eso si que dolió: "Que Dios me ayude a encontrarle buen alivio a esta tristeza tan grande. Aunque tuve yo la culpa no debí enamorarme, yo no debí amarte nunca, pero hoy ya es muy tarde. Tengo que olvidar las cosas de ayer, tengo que pensar en mi, tengo que olvidar, yo sé que podré, volver a empezar sin tí..." ¡Wow! así o más leña al fuego, nos chutamos todo el cd. Salían también estrofas como: "Probablemente estoy pidiendo demasiado, se me olvidó otra vez que solo yo te quise..." Que manera de amenizar el momento, pensé. Allí se encontraba un tipo refugiándose de la lluvia ocasionada por Dean, ya tenía unas buenas cervezas encima. Tambáleando llegó a la Rockola y puso algunas rolas del hoy desaparecido Antonio Aguilar. Fue un buen rato jugando pool y apretando el sentimiento. Decidí irme a acostar con mi pequeña sobrina y me quedé dormido por dos horas con ella.
Al final del día, en un impulso automasoquista llevé la Laptop al billar y copié el disco de Recodo, me subí a la recamara y puse "Te Tengo que Olvidar", acomodé la computadora en una mesa y así la dejé repitiéndose una y otra vez. Dicen que cuando uno está dormido las cosas que oye son más aprhensivas. Quisé que sonara toda la noche durante mi sueño, para ver si me ayudaba precisamente a eso, a olvidar. De repente me despertaba y escuchaba pedazos de la canción y me volvía a dormir.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Día Diecisiete

Here I´am again. Una vez más, me ha dado ahora por escribir más en este lado. Es una forma de mitigar el dolor. Ayer, nuevamente brotaron lágrimas de mis ojos. Otra vez sentí la ansiedad tremenda por la ausencia. Otra vez en la misma situación de incertidumbre. Ayer casi a la media noche me di cuenta de que en todo el día recibí un mensaje deseándome un lindo amanecer. Sigo sin crédito en el celular por falta de pago, y una vez más la angustia de saber qué está pensando, si me está pensando y, peor aún, ¿estará con él? Con él, dándole los besos que no me da, dándole las caricias que no me da, haciendo el amor con él. Estás preguntas fueron las que me llevaron al borde de la angustia, me sumergieron en la tristeza e incertidumbre que no me ha dejado funcionar, que me ha hecho hacer las cosas en automático. Que me ha vuelto distraído, hoy pensé en ello, pensé que de un tiempo a la fecha soy una persona súper distraída. Se me olvidan las cosas, no recuerdo donde dejo las cosas, no recuerdo lo que me dicen, tengo que andar apuntando todo para recordar. Ya me costó los manos libres del celular, el cargador del mismo y lo que más me duele es que perdí un kit de micrófonos de La Sonaja, un kit que tuve que reponer ahora en mi visita a Los Angeles: con un costo de 500 dlls. De pronto me invade la angustia de nunca poder olvidarme de ella, anoche al regresar de La Sonaja, en el microbús sonaba la canción de Eric Clapton: Do you know my name, if I saw you in heaven. ¡Caray! Canté esa estrofa y me llené de temor al pensar que no podría olvidarme de ella. Tuve que cerrar los ojos y hacerme el dormido para tratar que las lágrimas no rodaran por mis mejillas. Fue sólo un instante, por suerte, sé que algún día me olvidaré de todo lo que se refiera a ella, me olvidaré de su nombre, de que alguna vez la conocí, no recordaré que sentí mucho amor por todo lo que decía, hacía, oía, etc. Ayer también regresé a La Sonaja después del viaje que hicimos, me encontré con Caro que me abrazó casi apenas me vio, hacerme muchas preguntas: ¿Cómo les fue? Cuéntame, quería detalles; jejeje siempre ha sido así, además tiene una sensacional manera de entusiasmarte con las pláticas. Es una persona muy optimista, demasiado optimista. No recuerdo que fuera así de optimista cuando íbamos en la Universidad. Yo creo se unió al Club de los Optimistas. Además me confesó que mes con mes da un donativo de 200 pesos a Greenpeace. Se me hizo un acto bastante bueno, platicamos algo sobre el tema. Ella trataba de decirme que le gustaba la idea de dar ese dinero porque la organización era bastante grande y que nunca había oído algo sobre algún fraude de la organización. Yo le di mi punto de vista: Yo creo que es necesario dar algo, siempre tratar de compartir algo de lo que tienes, algo de lo que obtienes. Es como dejar fluir, en este caso, el dinero. Es como dejarlo pasar para que llegue a ti. Es algo así como: lo que tu das, te llegará doblemente. En el caso de ella, creo que he tratado de darle mucho amor y a veces pienso que no recibo ni la mitad. Ayer hubo algunos detalles que me tranquilizaron, aunque de manera efímera: Llegó por fin mi nueva Lap Top ya configurada con Windows Vista, de modo que ahora descubriré la nueva herramienta de Bill Gates, el otrora hombre más rico del mundo. Ahora desplazado irónicamente por un mexicano de apellido Slim. También recuperé los archivos que estaban perdidos en el disco duro, bueno ahora sé que estuvieron perdidos, porque llegué a pensar que se habían borrado. Después me enteré que mañana tendríamos una entrevista con el “Conejo Pérez” para enviarlo a Fox Sports de Los Angeles, a manera de ataque visual para que La Sonaja logré un contrato con alguna televisora latina en la Unión Americana. Con estos detalles, reafirmé que debo convertir a La Sonaja en toda un fiesta, me dije que cuando logremos cambiar la oficina siempre tendremos un ambiente de alegría. Habrá siempre risas, fiesta… alegría. Es un trato.
Al final del día, tomé un librillo, de esos que tengo de cabecera y que me han ayudado a sentirme mejor. Me topé con un párrafo que hizo que durmiera bien: Es muy diferente comprender y aceptar que resignarse y aguantar. Comprender es ponerse en los zapatos de las personas y entender su situación, aceptar es también entender que todos tenemos derecho a actuar de acuerdo a lo que pensamos es correcto para nosotros. Resignarse es soportar los comportamientos de los otros, comportamientos que nos dañan...

martes, 21 de agosto de 2007

Día Dieciséis

¿Será necesario sólo darle más tiempo a lo inevitable? ¿Será necesario sólo prolongar la agonía? ¿Porqué? ¿Qué señales pueden ser válidas para aferrarse al sufrimiento? Claro, la respuesta; al más puro estilo de Matrix: Libre Albedrío.
Pasaron 11 días sin escribir nada acerca de esta situación. Aunque puedo decir que no fue nada fácil los días que siguieron al día cero. Fueron días cargados de trabajo, teníamos el tiempo encima con los proyectos de La Sonaja, varios percances como la desaparición total de unos videos del disco duro, por supuesto algo que casi me infarta. No pude recuperarlos y nos atrasó bastante. En esos días también fui a renovar mi pasaporte y al tomarme la foto, después de peinarme traté de poner una cara que no reflejara mi estado de ánimo; no fue posible. Salió una cara visiblemente triste. Bueno viviré con ese pasaporte por 5 años, mostrándole a migración que fueron días dificiles.
Sabía que ya no había vuelta de hoja, el dolor no era menor; aunque tampoco más grande. Al pensar así lograba tranquilizarme, sabía que al dar un paso me acercaba cada vez más a la recuperación. De repente me sentía ahogarme: tuve que recurrir a estrategías como ya no pornunciar su nombre, nombrarla solo con el pronombre de "ella"; traté de formular cada sentimiento en pasado. Mañas para aceptar que era definitivo el adiós. fue sorprendente como un día me la pasé poco más de hora y media repitiendo: Ya no la quiero, ya no la quiero. Necesitaba creerlo, necesitaba hacerlo; dejar de quererla. Tenía que engañar a mi mente a como diera lugar. También adopté una canción de los Cardenales: El Juramento, sobre todo la estrofa que dice: "Y un día decidí que iba a sacarte, del alma, el corazón y mi cabeza... " "No creas que te rechazo por orgullo es que a mi Dios le hice un Juramento; juré que de mi vida iba a sacarte y al verte regresar arrepentida, podría quebrar mi orgullo y perdonarte; pero fallarle a Dios jamás podría..." Llegué a aprenderme la canción, la ponía una y otra vez mientras manejaba para ir a La Sonaja y de regreso a casa. Por allí dicen que debes alejarte de todo lo que haga recordar la tristeza, esa canción mitigaba el dolor, además de que el sonido fiestero de los Cardenales hacían que me sintiera en una fiesta; eso era lo que necesitaba, estar de fiesta; tratar de alegrarme, reir por reir, ser simple, contagiarme poco a poco de alegría.
Me prohibí varias cosas, como escuchar Rock, aunque toda mi vida he sido fanático de ese género y especificamente en Español; esta vez dolía demasiado escuchar las canciones que sabía que a "ella" le gustaban, y sobre todo, cualquier tipo de canción que la trajera a mi recuerdo. ya no podía, ni puedo escuchar a Los Bunkers, a Café Tacuba, Volovan, etc. Y los que están seriamente betados son: Pulp, Morrisey, Interpol y Travis. Pero sin duda a quien he llegado a odiar es a Ely Guerra. Dudo mucho poder volverla a escuchar, estuve tentado a romper el único disco que tengo de ella. Ultimamente me la paso escuchando Jazz, una estación de Acid Jazz en la internet y por supuesto a Maná; éste último porque sé que a ella no le agrada nada, además de que tienen rolas muy adoc y su sonida fresa además de las letras me tranquilizan y me ayudan a resignarme. Hoy mientras escribo esto, escucho a Alejandro Sanz; trato de alejarme de la música que me remita a ella y por lo tanto me martirice. Por algún tiempo, en la noche regresando de La Sonaja, aún encontraba abierto el Billar de mi hermano, y me gastaba 10 pesos poniendo a Maná: Huele a tristeza, Vivir sin Aire, El Muelle de San Blas y ahora conocí una de las nuevas: Ojalá pudiera borrarte. Es increíble la cantidad de canciones que pueden llegar a describir lo que sientes en ese momento. Fui a sacar copias y en el lugar escuchaban a Mecano, llegué justamente en el momento de la estrofa: "Y aunque fui yo quien decidió que ya no más; y no me canse de jurarte que no habrá segunda parte; me cuesta tanto olvidarte..." Así o más limón a la llaga, después pasé por un lugar de comida y sonaba Luís Miguel: "Te voy a olvidar, palabra de honor, paloma perdida, ya no puedo más, te tengo que olvidar, te tengo que olvidaaaaarrrrgghhh"; en esos días tuve que economizar y estuve viajando en el transporte público, ese mismo día al tomar la combi, pasaron una canción de Elefante con Franco de Vita que acompletó el cuadro: "Si la ves dile que ya no espero su llamada. Y que ya no me despierto en plena madrugada. Y que ya no la recuerdo. Y que ya no me hace falta. Dile que ya estoy curado. Y que lo nuestro ya es pasado..." era la primera vez que escuchaba esa canción, se me quedaron grabadas ciertas estrofas y, por supuesto, la bajé de Ares. En esos días también pasando por el Wallmart de Echegaray había una pick up estacionada en una farmacia con la puerta abierta y una canción de Juanga a todo volumen: "Ya lo sé mi amor, que te vas, te vas; que ha llegado la hora, de decirnos adiós. Te deseo buena suerte, hasta nunca mi amor..." Caray es curioso como puedes llegar a escuchar ciertas estrofas que describen los momentos por los que estás pasando.
En el amanecer del día uno soñé que me metía al baño, viendo mi rostro por el espejo, observando como lloraba a moco tendido, me despertó la humedad de una lágrima rodando por mi nariz; ¡wow!, jamás supuse que uno pudiera llorar dormido, alguna vez una amiga me platicó que sus padres la despertaban porque lloraba dormida, pero nunca pensé que en realidad eso pudiera suceder. Desperté y me topé con un mensaje de ella. Me mando tres mensajes en todo el día. El primero que decía algo así como que me sentía molesto, no le contesté. Casi al medio día me mandó otro mensaje que decía: tendré que interpretar tu silencio; no pude quedarme quieto y le contesté: No eres tu, soy yo... Al final, como a las 6 de la tarde me mandó el último mensaje: "Solo me resta desearte suerte para que estés bien..." Eso fue todo, pensé. Terminó esto.
Estos fueron algunos detalles que vivi del día cero al día 6. Este último día, después del infarto de los archivos desaparecidos misteriosamente del disco duro; fue de mucha presión, era Sábado y venía de regreso a casa cerca de media noche. Sonó el celular y era ella, dude en contestar; pero, quizá, inconscientemente era lo que más deseaba. Por supuesto contesté, no sé si fue un error, no sé si hice bien. En realidad ya no sé que sucede conmigo. Ella lloraba y me decía que no quería entenderme, la noté triste, muy triste que mi corazón no pudo evitar conmoverse ante la tristeza de ella, por supuesto, de ella. Llegué a casa y le marqué, estuvimos hablando cerca de dos horas. Nos confortamos, no puedo negar que fue lindo.
Los siguientes días hasta el día 10 fueron normales, es decir, como si nada de esto hubiera pasado. Los mismos mensajes cariñosos por celular, el mismo sentimiento y, también, en la misma situación de incertidumbre que me hizo tomar la decisión de irme de su vida.
Llegó por fin el día 10, el día del viaje a Los Angeles. Ese día que había visualizado en que al tomar la decisión del adiós, me serviría. Un viaje que pensé me ayudaría para terminar de sentir tristeza. Un viaje donde vería el mar y allí, justamente allí, frente al mar terminar de decirle Adiós. Pero no, ella regresó. No era el plan, así no era. Pero regresó. Fueron 5 días placenteros 3 en Los Angeles y 2 en Las Vegas. Casi no pensé en ella. Fue un muy exitoso para La Sonaja, además de traer con nosotros una nueva cámara High Definition para La Productora. Bastante productivo el viaje, tranquilizante. El segundo día en Los Angeles comimos en Venice Beach, después fuimos a ese punto de la playa donde me gusta estar: justamente donde llega el final de las olas. Me gusta estar de frente, viendo el horizonte, los colores del mar, la puesta del sol. Todo ello me tranquiliza, me invade la belleza de ese paisaje, me conforta. Así, de frente al mar recordé la estrofa de Spacey en "Belleza Americana": "Hay tanta belleza en la vida, que a veces creo que la veo toda al mismo tiempo. Mi corazón se infla y no puedo soportarla, es cuando recuerdo relajarme y dejar de aferrarme a ella para que fluya por mi cuerpo como lluvia..." Siempre son momentos maravillosos cuando estoy frente al mar, escuchar las olas, las gaviotas, el aire húmedo y con olor a mar. En general, fue un viaje tranquilo, exitoso y reconfortante.
El día Quince, después de desayunar en el Hard Rock Hotel y de coquetear un poco con una mesera gringa que me pareció lindísima; nos fuimos a entregar el auto rentado al Aeropuerto, para después registrarnos para el regreso a la ciudad de México. Claro, con escala de un par de horas en Guadalajara. Al fin abordamos el Avión, cuando éste despegó; comencé a sentir una angustia tremenda, una angustia insoportable. Traté de pensar que era la preocupación de pasar la aduana con la cámara HD, pero no podía engañarme, mi angustia tenía nombre, mi angustia era por ella, era regresar y sumergirme una vez más en esta situación. En cómo manejarlo, en qué hacer, en qué viene, qué pasa conmigo.
Llegué una vez más a la Ciudad de México, me tomé un día de descanso y dormí toda la tarde. Le escribí un mail a ella temprano para decirle que ya estaba de regreso y me había ido muy bien. Me contestó con un mensaje en el celular y no contuve las ganas de hablar con ella. Estuvimos platicando cerca de una hora hasta que alguien la interrumpió; era su hermano que se había quedado sin bateria por Tlalpan y ella necesitaba ir a echarle una mano, eso fue anoche. Colgamos y empecé a sentir nuevamente esa tristeza, esa impotencia y, quizá lo más duro, ese amor por ella.
"Ojalá te me borraras de mis sueños y poder desdibujarte.
Ojalá y pudiera ahogarte en un charco lleno de rosas de amor.
Ojalá y se me olvidará hasta tú nombre ahogarlo dentro del mar…
Ojalá que tú sonrisa de verano, se pudiera ya borrar…
Ojalá te me borrarás para siempre de mi vida para no volverte a ver…
Y ojalá te me borrarás por la noches, en el día, para no volverte a ver…
Y ojalá te me esfumarás de mis sueños, vida mía, para no volverte a ver, no, ni en sueños…
¿Cómo puedo yo borrar tus besos vida? Están tatuados en mi piel,
quiero de una vez por todas ya largarte y borrarte de mi ser…
Ojalá y la lluvia me ahogue entre sus brazos, para no pensar en tí,
o que pase un milagro, o que pase algo, que me lleve hasta a tí...
Ojalá y te me borrarás para siempre, de mi vida, para no volverte a ver.
Y ojalá te me borrarás por la noches, en el día, para no volverte a ver…
Y ojalá te me esfumarás de mis sueños y que no me lluevas más
Y ojala que la lluvia me ahogue entre sus brazos para no volverte ver, no, ni en sueños,
Pa´que pares de llover, sueños…
"Ojalá Pudiera Borrarte"
Maná