viernes, 24 de agosto de 2007

Día Diecinueve

"Yo no debí amarte nunca, pero ya hoy es muy tarde..." "Dios bendiga tu camino, mientras tanto que te olvido, te deseo que seas feliz..." Los ya acostumbrados mensajes de buen día y buena noche. Ya solo dos mensajes al día. Yo sigo sin crédito en mi celular. Es increíble las políticas de las grandes empresas. Será síntoma del neoliberalismo, bueno a decir verdad creo que ya todo es síntoma de este modelo económico. Salí de viaje y no pagué la mensualidad del celular, al regresar ya no tenía servicio por falta de pago, por fin pagué hace un par de días y me dijeron que tardarían un lapso de 72 horas para abonar el nuevo saldo. Además, como dicen, a veces llueve sobre mojado no refiriéndome al Hurcán Dean que se convirtó en tormenta tropical llegando a Querétaro; sino a que no obstante que me gasté una lanota en el viaje y además de que apenas saldría con los gastos mensuales, resulta que ahora me tocó la anualidad del celular y por partida doble porque pago también el celular de mi madre.

La mañana transcurrió como de costumbre, con un poco de ajetreo en el negocio por aquello de que los niños ya están en clases. El día en su mayoía estuvo soleado, fue buen día, de alguna forma inyectó algo a mi estado de ánimo, claro que no supuró la herida, pero si la durmió o ¿adormiló?. En fin, me metí a bañar a las 3 de la tarde, justo el tiempo para comer algo rápido e irme a La Sonaja. En la ducha como ya viene a ser costumbre me dejó ir, en ese espacio dejó que mis lágrimas se confundan con las gotas de la regadera. Allí estaba yo, una vez más sacando el dolor en el llanto. Esta vez, el llanto fue acompañado con algunas como convulsiones que me nublaron la vista por un segundo, cómo que lloré hasta secarme. Después de eso, sentí cansancio, mucho cansancio, de ese cansancio que lo único que quieres es llegar a la cama y dormir. Me dí cuenta de que sentía cansancio de estar en esa situación, de seguir triste. Y cómo no he de sentir eso si ya llevó cerca de 5 meses con esta tristeza. El cansancio y aletargamiento del dolor hizo efecto por lo que restó del día.

Ya en La Sonaja me habló Pepe, para que lo acompañara a hacer algunos pagos a plaza Satélite, algunos pagos que también me correspondían a mi. Justo para finalizar el último pago en Liverpool, precisamente el pago de la televisión High Definition de la oficina. Un monitor blanco que se encontraba en el departamento de computadoras me llamó la atención. En lo que le hacían las cuentas a Pepe, me lancé de mirón. Era un monitor cinema display marca Apple de Macintosh, me dije. Le llamé al amigo y le dije: mira ese monitor necesitamos para la G5. Por supuesto que llegó el empleado de piso a envolvernos con su labia mostrarnos que no era sólo un monitor; era la nueva Imac Core duo de Macintosh y que además estaba a un súper precio de 20 mil pesos diferido a 13 mensualidades sin intereses con tu tarjeta Liverpool. Nos quedamos viendo Pepe y yo con ojitos de ¿Cómo vees?

En la noche detallando algunos trabajos pendientes en La Sonaja y terminando de configurar la nueva Imac y nueva deuda de La Sonaja, me retiré a mi casa. Hoy si me trajé el carro, porque además llevé a presumir la nueva cámara HD, el kit repuesto de micrófonos y la grabación Hd de Las Vegas, Nevada. Llevaba el cd de Tributo a Juan Gabriel con la Banda el Recodo. Por supuesto sólo me fui escuchando dos rolas, las repetía una y otra vez. "Olvidarnos tu y yo, será mucho mejor; fácil es para ti ya que tienes otro amor..." Llegué al billar de mi hermano, tenía hambre, pero no tenían nada de comer. Mi cuñada me dijo que me disparaba unos tacos, pero la verdad había más flojera que ganas de comer. Eso me llevó a pensar que también hace tiempo que no como bien. Es por ello que he bajado de peso. Hago una sola comida o media comida al día. Pero eso si, otra vez casi una cajetilla de cigarros "Camel".

Jugué rato Pool con mi hermano y me fui a mi cuarto a dormir. Llegué, encendí el telvisor una clásica recorrida a los canales y la apagué. Acomodé nuevamente la Laptop para dejar que sonará: "Yo no debí amarte nunca, pero ya hoy es muy tarde..." "Dios bendiga tu camino, mientras tanto que te olvido, te deseo que seas feliz..." una y otra vez, una y otra vez; así hasta las 6 de la mañana.

jueves, 23 de agosto de 2007

Día Dieciocho

El Huracán Dean hizo estragos en la ciudad en este día. No paró de llover en todo el día. Hubo frío, la colonia se inundó y yo no salí para nada. No fui a La Sonaja, quise evitarme el tráfico que seguramente hubo de regreso. Una vez a causa de la lluvia hice 3 horas de regreso, con poca gasolina y nada de dinero en el bolsillo. De modo que esta vez no quise arriesgarme, más cuando mi economía no está en buenas condiciones.
La mañana transcurrió como de costumbre, hablé por teléfono con ella en la mañana, estuvimos alrededor de 15 minutos, platicando de la lluvia, el frío que se sentía y unos cuantos te quiero. Ella estaba un poco ocupada, de modo que la dejé trabajar y me dediqué a abrir el negocio y a ponerme a trabajar también.
En la tarde tenía que ir a La Sonaja, pero Dean me convenció para que no saliera, de modo que me fuí al Billar de mi hermano y estuvimos jugando un poco. Nadie sabe a ciencia cierta qué algo me está pasando, quizá me vean diferente de un tiempo a la fecha, un poco cansado, deprimido; pero nadie se ha atrevido a preguntarme. Me han comentado que he bajado de peso. Y eso es cierto, he bajado mucho de peso, eso es lo único que me gusta, he bajado la panzota que de repente se me llegó a formar. El ayudante de mi hermano, quizá sin querer o quizá al verme logró adivinar y pusó un cd de El Recodo, Tributo a Juan Gabriel. ¡Carajo! eso si que dolió: "Que Dios me ayude a encontrarle buen alivio a esta tristeza tan grande. Aunque tuve yo la culpa no debí enamorarme, yo no debí amarte nunca, pero hoy ya es muy tarde. Tengo que olvidar las cosas de ayer, tengo que pensar en mi, tengo que olvidar, yo sé que podré, volver a empezar sin tí..." ¡Wow! así o más leña al fuego, nos chutamos todo el cd. Salían también estrofas como: "Probablemente estoy pidiendo demasiado, se me olvidó otra vez que solo yo te quise..." Que manera de amenizar el momento, pensé. Allí se encontraba un tipo refugiándose de la lluvia ocasionada por Dean, ya tenía unas buenas cervezas encima. Tambáleando llegó a la Rockola y puso algunas rolas del hoy desaparecido Antonio Aguilar. Fue un buen rato jugando pool y apretando el sentimiento. Decidí irme a acostar con mi pequeña sobrina y me quedé dormido por dos horas con ella.
Al final del día, en un impulso automasoquista llevé la Laptop al billar y copié el disco de Recodo, me subí a la recamara y puse "Te Tengo que Olvidar", acomodé la computadora en una mesa y así la dejé repitiéndose una y otra vez. Dicen que cuando uno está dormido las cosas que oye son más aprhensivas. Quisé que sonara toda la noche durante mi sueño, para ver si me ayudaba precisamente a eso, a olvidar. De repente me despertaba y escuchaba pedazos de la canción y me volvía a dormir.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Día Diecisiete

Here I´am again. Una vez más, me ha dado ahora por escribir más en este lado. Es una forma de mitigar el dolor. Ayer, nuevamente brotaron lágrimas de mis ojos. Otra vez sentí la ansiedad tremenda por la ausencia. Otra vez en la misma situación de incertidumbre. Ayer casi a la media noche me di cuenta de que en todo el día recibí un mensaje deseándome un lindo amanecer. Sigo sin crédito en el celular por falta de pago, y una vez más la angustia de saber qué está pensando, si me está pensando y, peor aún, ¿estará con él? Con él, dándole los besos que no me da, dándole las caricias que no me da, haciendo el amor con él. Estás preguntas fueron las que me llevaron al borde de la angustia, me sumergieron en la tristeza e incertidumbre que no me ha dejado funcionar, que me ha hecho hacer las cosas en automático. Que me ha vuelto distraído, hoy pensé en ello, pensé que de un tiempo a la fecha soy una persona súper distraída. Se me olvidan las cosas, no recuerdo donde dejo las cosas, no recuerdo lo que me dicen, tengo que andar apuntando todo para recordar. Ya me costó los manos libres del celular, el cargador del mismo y lo que más me duele es que perdí un kit de micrófonos de La Sonaja, un kit que tuve que reponer ahora en mi visita a Los Angeles: con un costo de 500 dlls. De pronto me invade la angustia de nunca poder olvidarme de ella, anoche al regresar de La Sonaja, en el microbús sonaba la canción de Eric Clapton: Do you know my name, if I saw you in heaven. ¡Caray! Canté esa estrofa y me llené de temor al pensar que no podría olvidarme de ella. Tuve que cerrar los ojos y hacerme el dormido para tratar que las lágrimas no rodaran por mis mejillas. Fue sólo un instante, por suerte, sé que algún día me olvidaré de todo lo que se refiera a ella, me olvidaré de su nombre, de que alguna vez la conocí, no recordaré que sentí mucho amor por todo lo que decía, hacía, oía, etc. Ayer también regresé a La Sonaja después del viaje que hicimos, me encontré con Caro que me abrazó casi apenas me vio, hacerme muchas preguntas: ¿Cómo les fue? Cuéntame, quería detalles; jejeje siempre ha sido así, además tiene una sensacional manera de entusiasmarte con las pláticas. Es una persona muy optimista, demasiado optimista. No recuerdo que fuera así de optimista cuando íbamos en la Universidad. Yo creo se unió al Club de los Optimistas. Además me confesó que mes con mes da un donativo de 200 pesos a Greenpeace. Se me hizo un acto bastante bueno, platicamos algo sobre el tema. Ella trataba de decirme que le gustaba la idea de dar ese dinero porque la organización era bastante grande y que nunca había oído algo sobre algún fraude de la organización. Yo le di mi punto de vista: Yo creo que es necesario dar algo, siempre tratar de compartir algo de lo que tienes, algo de lo que obtienes. Es como dejar fluir, en este caso, el dinero. Es como dejarlo pasar para que llegue a ti. Es algo así como: lo que tu das, te llegará doblemente. En el caso de ella, creo que he tratado de darle mucho amor y a veces pienso que no recibo ni la mitad. Ayer hubo algunos detalles que me tranquilizaron, aunque de manera efímera: Llegó por fin mi nueva Lap Top ya configurada con Windows Vista, de modo que ahora descubriré la nueva herramienta de Bill Gates, el otrora hombre más rico del mundo. Ahora desplazado irónicamente por un mexicano de apellido Slim. También recuperé los archivos que estaban perdidos en el disco duro, bueno ahora sé que estuvieron perdidos, porque llegué a pensar que se habían borrado. Después me enteré que mañana tendríamos una entrevista con el “Conejo Pérez” para enviarlo a Fox Sports de Los Angeles, a manera de ataque visual para que La Sonaja logré un contrato con alguna televisora latina en la Unión Americana. Con estos detalles, reafirmé que debo convertir a La Sonaja en toda un fiesta, me dije que cuando logremos cambiar la oficina siempre tendremos un ambiente de alegría. Habrá siempre risas, fiesta… alegría. Es un trato.
Al final del día, tomé un librillo, de esos que tengo de cabecera y que me han ayudado a sentirme mejor. Me topé con un párrafo que hizo que durmiera bien: Es muy diferente comprender y aceptar que resignarse y aguantar. Comprender es ponerse en los zapatos de las personas y entender su situación, aceptar es también entender que todos tenemos derecho a actuar de acuerdo a lo que pensamos es correcto para nosotros. Resignarse es soportar los comportamientos de los otros, comportamientos que nos dañan...

martes, 21 de agosto de 2007

Día Dieciséis

¿Será necesario sólo darle más tiempo a lo inevitable? ¿Será necesario sólo prolongar la agonía? ¿Porqué? ¿Qué señales pueden ser válidas para aferrarse al sufrimiento? Claro, la respuesta; al más puro estilo de Matrix: Libre Albedrío.
Pasaron 11 días sin escribir nada acerca de esta situación. Aunque puedo decir que no fue nada fácil los días que siguieron al día cero. Fueron días cargados de trabajo, teníamos el tiempo encima con los proyectos de La Sonaja, varios percances como la desaparición total de unos videos del disco duro, por supuesto algo que casi me infarta. No pude recuperarlos y nos atrasó bastante. En esos días también fui a renovar mi pasaporte y al tomarme la foto, después de peinarme traté de poner una cara que no reflejara mi estado de ánimo; no fue posible. Salió una cara visiblemente triste. Bueno viviré con ese pasaporte por 5 años, mostrándole a migración que fueron días dificiles.
Sabía que ya no había vuelta de hoja, el dolor no era menor; aunque tampoco más grande. Al pensar así lograba tranquilizarme, sabía que al dar un paso me acercaba cada vez más a la recuperación. De repente me sentía ahogarme: tuve que recurrir a estrategías como ya no pornunciar su nombre, nombrarla solo con el pronombre de "ella"; traté de formular cada sentimiento en pasado. Mañas para aceptar que era definitivo el adiós. fue sorprendente como un día me la pasé poco más de hora y media repitiendo: Ya no la quiero, ya no la quiero. Necesitaba creerlo, necesitaba hacerlo; dejar de quererla. Tenía que engañar a mi mente a como diera lugar. También adopté una canción de los Cardenales: El Juramento, sobre todo la estrofa que dice: "Y un día decidí que iba a sacarte, del alma, el corazón y mi cabeza... " "No creas que te rechazo por orgullo es que a mi Dios le hice un Juramento; juré que de mi vida iba a sacarte y al verte regresar arrepentida, podría quebrar mi orgullo y perdonarte; pero fallarle a Dios jamás podría..." Llegué a aprenderme la canción, la ponía una y otra vez mientras manejaba para ir a La Sonaja y de regreso a casa. Por allí dicen que debes alejarte de todo lo que haga recordar la tristeza, esa canción mitigaba el dolor, además de que el sonido fiestero de los Cardenales hacían que me sintiera en una fiesta; eso era lo que necesitaba, estar de fiesta; tratar de alegrarme, reir por reir, ser simple, contagiarme poco a poco de alegría.
Me prohibí varias cosas, como escuchar Rock, aunque toda mi vida he sido fanático de ese género y especificamente en Español; esta vez dolía demasiado escuchar las canciones que sabía que a "ella" le gustaban, y sobre todo, cualquier tipo de canción que la trajera a mi recuerdo. ya no podía, ni puedo escuchar a Los Bunkers, a Café Tacuba, Volovan, etc. Y los que están seriamente betados son: Pulp, Morrisey, Interpol y Travis. Pero sin duda a quien he llegado a odiar es a Ely Guerra. Dudo mucho poder volverla a escuchar, estuve tentado a romper el único disco que tengo de ella. Ultimamente me la paso escuchando Jazz, una estación de Acid Jazz en la internet y por supuesto a Maná; éste último porque sé que a ella no le agrada nada, además de que tienen rolas muy adoc y su sonida fresa además de las letras me tranquilizan y me ayudan a resignarme. Hoy mientras escribo esto, escucho a Alejandro Sanz; trato de alejarme de la música que me remita a ella y por lo tanto me martirice. Por algún tiempo, en la noche regresando de La Sonaja, aún encontraba abierto el Billar de mi hermano, y me gastaba 10 pesos poniendo a Maná: Huele a tristeza, Vivir sin Aire, El Muelle de San Blas y ahora conocí una de las nuevas: Ojalá pudiera borrarte. Es increíble la cantidad de canciones que pueden llegar a describir lo que sientes en ese momento. Fui a sacar copias y en el lugar escuchaban a Mecano, llegué justamente en el momento de la estrofa: "Y aunque fui yo quien decidió que ya no más; y no me canse de jurarte que no habrá segunda parte; me cuesta tanto olvidarte..." Así o más limón a la llaga, después pasé por un lugar de comida y sonaba Luís Miguel: "Te voy a olvidar, palabra de honor, paloma perdida, ya no puedo más, te tengo que olvidar, te tengo que olvidaaaaarrrrgghhh"; en esos días tuve que economizar y estuve viajando en el transporte público, ese mismo día al tomar la combi, pasaron una canción de Elefante con Franco de Vita que acompletó el cuadro: "Si la ves dile que ya no espero su llamada. Y que ya no me despierto en plena madrugada. Y que ya no la recuerdo. Y que ya no me hace falta. Dile que ya estoy curado. Y que lo nuestro ya es pasado..." era la primera vez que escuchaba esa canción, se me quedaron grabadas ciertas estrofas y, por supuesto, la bajé de Ares. En esos días también pasando por el Wallmart de Echegaray había una pick up estacionada en una farmacia con la puerta abierta y una canción de Juanga a todo volumen: "Ya lo sé mi amor, que te vas, te vas; que ha llegado la hora, de decirnos adiós. Te deseo buena suerte, hasta nunca mi amor..." Caray es curioso como puedes llegar a escuchar ciertas estrofas que describen los momentos por los que estás pasando.
En el amanecer del día uno soñé que me metía al baño, viendo mi rostro por el espejo, observando como lloraba a moco tendido, me despertó la humedad de una lágrima rodando por mi nariz; ¡wow!, jamás supuse que uno pudiera llorar dormido, alguna vez una amiga me platicó que sus padres la despertaban porque lloraba dormida, pero nunca pensé que en realidad eso pudiera suceder. Desperté y me topé con un mensaje de ella. Me mando tres mensajes en todo el día. El primero que decía algo así como que me sentía molesto, no le contesté. Casi al medio día me mandó otro mensaje que decía: tendré que interpretar tu silencio; no pude quedarme quieto y le contesté: No eres tu, soy yo... Al final, como a las 6 de la tarde me mandó el último mensaje: "Solo me resta desearte suerte para que estés bien..." Eso fue todo, pensé. Terminó esto.
Estos fueron algunos detalles que vivi del día cero al día 6. Este último día, después del infarto de los archivos desaparecidos misteriosamente del disco duro; fue de mucha presión, era Sábado y venía de regreso a casa cerca de media noche. Sonó el celular y era ella, dude en contestar; pero, quizá, inconscientemente era lo que más deseaba. Por supuesto contesté, no sé si fue un error, no sé si hice bien. En realidad ya no sé que sucede conmigo. Ella lloraba y me decía que no quería entenderme, la noté triste, muy triste que mi corazón no pudo evitar conmoverse ante la tristeza de ella, por supuesto, de ella. Llegué a casa y le marqué, estuvimos hablando cerca de dos horas. Nos confortamos, no puedo negar que fue lindo.
Los siguientes días hasta el día 10 fueron normales, es decir, como si nada de esto hubiera pasado. Los mismos mensajes cariñosos por celular, el mismo sentimiento y, también, en la misma situación de incertidumbre que me hizo tomar la decisión de irme de su vida.
Llegó por fin el día 10, el día del viaje a Los Angeles. Ese día que había visualizado en que al tomar la decisión del adiós, me serviría. Un viaje que pensé me ayudaría para terminar de sentir tristeza. Un viaje donde vería el mar y allí, justamente allí, frente al mar terminar de decirle Adiós. Pero no, ella regresó. No era el plan, así no era. Pero regresó. Fueron 5 días placenteros 3 en Los Angeles y 2 en Las Vegas. Casi no pensé en ella. Fue un muy exitoso para La Sonaja, además de traer con nosotros una nueva cámara High Definition para La Productora. Bastante productivo el viaje, tranquilizante. El segundo día en Los Angeles comimos en Venice Beach, después fuimos a ese punto de la playa donde me gusta estar: justamente donde llega el final de las olas. Me gusta estar de frente, viendo el horizonte, los colores del mar, la puesta del sol. Todo ello me tranquiliza, me invade la belleza de ese paisaje, me conforta. Así, de frente al mar recordé la estrofa de Spacey en "Belleza Americana": "Hay tanta belleza en la vida, que a veces creo que la veo toda al mismo tiempo. Mi corazón se infla y no puedo soportarla, es cuando recuerdo relajarme y dejar de aferrarme a ella para que fluya por mi cuerpo como lluvia..." Siempre son momentos maravillosos cuando estoy frente al mar, escuchar las olas, las gaviotas, el aire húmedo y con olor a mar. En general, fue un viaje tranquilo, exitoso y reconfortante.
El día Quince, después de desayunar en el Hard Rock Hotel y de coquetear un poco con una mesera gringa que me pareció lindísima; nos fuimos a entregar el auto rentado al Aeropuerto, para después registrarnos para el regreso a la ciudad de México. Claro, con escala de un par de horas en Guadalajara. Al fin abordamos el Avión, cuando éste despegó; comencé a sentir una angustia tremenda, una angustia insoportable. Traté de pensar que era la preocupación de pasar la aduana con la cámara HD, pero no podía engañarme, mi angustia tenía nombre, mi angustia era por ella, era regresar y sumergirme una vez más en esta situación. En cómo manejarlo, en qué hacer, en qué viene, qué pasa conmigo.
Llegué una vez más a la Ciudad de México, me tomé un día de descanso y dormí toda la tarde. Le escribí un mail a ella temprano para decirle que ya estaba de regreso y me había ido muy bien. Me contestó con un mensaje en el celular y no contuve las ganas de hablar con ella. Estuvimos platicando cerca de una hora hasta que alguien la interrumpió; era su hermano que se había quedado sin bateria por Tlalpan y ella necesitaba ir a echarle una mano, eso fue anoche. Colgamos y empecé a sentir nuevamente esa tristeza, esa impotencia y, quizá lo más duro, ese amor por ella.
"Ojalá te me borraras de mis sueños y poder desdibujarte.
Ojalá y pudiera ahogarte en un charco lleno de rosas de amor.
Ojalá y se me olvidará hasta tú nombre ahogarlo dentro del mar…
Ojalá que tú sonrisa de verano, se pudiera ya borrar…
Ojalá te me borrarás para siempre de mi vida para no volverte a ver…
Y ojalá te me borrarás por la noches, en el día, para no volverte a ver…
Y ojalá te me esfumarás de mis sueños, vida mía, para no volverte a ver, no, ni en sueños…
¿Cómo puedo yo borrar tus besos vida? Están tatuados en mi piel,
quiero de una vez por todas ya largarte y borrarte de mi ser…
Ojalá y la lluvia me ahogue entre sus brazos, para no pensar en tí,
o que pase un milagro, o que pase algo, que me lleve hasta a tí...
Ojalá y te me borrarás para siempre, de mi vida, para no volverte a ver.
Y ojalá te me borrarás por la noches, en el día, para no volverte a ver…
Y ojalá te me esfumarás de mis sueños y que no me lluevas más
Y ojala que la lluvia me ahogue entre sus brazos para no volverte ver, no, ni en sueños,
Pa´que pares de llover, sueños…
"Ojalá Pudiera Borrarte"
Maná

viernes, 10 de agosto de 2007

Día Cero

Regresaba del Rancho de Toluca, me tocó manejar porque Iván tenía sueño; iban sus dos pequeñas hijas, su esposa y yo. En mis pensamientos seguía Ella, siempre Ella... Fue insoportable seguir con esto, seguir atormentándome. Era domingo y no había recibido ningún mensaje del celular, tampoco yo había mandado ninguno. Ese día, al ir comiendo kilómetros de regreso a la ciudad, entendí que debía tomar una decisión, era necesario alejarme de eso que me mantenía sumergido en la incertidumbre y desesperación. Era necesario dejar de aferrarme a alguien que no quería estar a mi lado, era necesario tomar una decisión así de radical. Paramos una hora a comer, el clásico consome con un par de tacos de pancita fue lo que pedí. Siempre acostumbro pedir eso si de Barbacoa se trata. Me hace recordar aquellos lejanos domingos donde mi padre nos llevaba a la Barbacoa de "Blanco" un centro comercial que ya no existe. Me hace recordar a mi padre que le encantaba el consome y los tacos de espaldilla. Aunque ese día, quizá no lo recordé, mis pensamientos sólo tenían una dirección: Ella, siempre Ella. Ya hacía más de 4 meses que no podía dejar de pensar en Ella ni un segundo, los mismos 4 meses en donde yo luché, donde intenté con todas mis fuerzas estar con ella. Al final no lo logré, mi táctica y estrategia fallaron. En el lugar donde comíamos sonaba música grupera; me hizo recordar que tres días atrás habíamos ido al Rodeo Santa Fe a grabar el 25 aniversario de Los Cardenales de Nuevo León, en realidad no sabía quiénes eran ellos, ni que cantaban, sólo sabía que era una banda de música grupera y que nos serviría para seguir desarrollando los programas pilotos de La Sonaja, programas que iremos a tratar de colocarlos en las cadenas televisivas de Los Angeles. También recordé, cómo Don Chayo; líder de Los Cardenales, nos había invitado a su concierto al día siguiente en El Toro Loco, al sur, pero al sur de la ciudad. Y que el viernes anterior a este día cero, cruzamos todo periférico con todo y su tráfico para llegar al Concierto o "Baile". La verdad es que nos divertimos mucho. Me había tocado manejar en pleno tráfico, para hacer más ameno el momento puse la peli "Fuera del Cielo" para que mis compinches se divirtieran un poco mientras yo me chutaba el tráfico, a pesar del nuevo reglamento de tráfico que prohíbe cualquier reproductor de video en los autos; allí tenía a tres sujetos bien clavados en la película. Llegando al sur, casi en Six Flags; recibí un mensaje en el Celular. Era Ella, me decía que su celular se había descompuesto y por ello no me había mensajeado por dos días y medio. Esos dos días y medio anteriores donde yo entré en la mayor de las crisis por su ausencia, en donde yo casi me desbarato por sentirme tan devaluado, por sentirme tan incapaz de lograr que estuviera a mi lado, que me dejara tener mayor acceso a su vida. Fueron dos días donde comprendí que por más que hiciera, dijera; no iba a estar a mi lado, no me pertenecía. Le contesté diciéndole que estaba en el tráfico y que grabaría a "Los Cardenales de Nuevo León" después de un rato llegó la respuesta deseando suerte en la grabación. Comiendo, escuchando la música de banda y absorto en mis pensamientos; comencé a a decirme que era necesario mandarle un mail de despedida, que tenía que retirarme de su vida y tratar de olvidarla, tratar de recuperar mi valía, mi autoestima. Que no podía seguir engañándome, ya estaba demasiado desgastado, demasiado débil, demasiado deprimido. Bajé de peso, mi tristeza se reflejaba y todo mundo comenzaba a darse cuenta de que algo me estaba sucediendo, ya me era díficil ocultar mi dolor, contener las lágrimas. Pensé que debía hacer algo, hacer algo y pronto. Esta vez mi hermano tomó el volante y seguimos el camino de regreso a casa, en el asiento de atrás yo venía ocultando mi dolor, tratando de jugar con Irán, mi pequeña sobrina de dos años, tratando de que mi trsiteza disminuyera un poco al ver su carita alegre, al sentir sus besitos, su calorcito; trataba que me diera un poco de su mucha energía. Llegamos a la casa, en el negocio estaba otra de mis sobrinas atendiendo, esperando mi llegada para irse. Tomando las riendas del negocio, comencé con la decisión. Era necesario retirarme de Ella, necesitaba ponerme bien, quería terminar con mi tristeza. La única solución en ese momento era mandarle un mail diciéndole que tenía que irme, que ya no soportaba más dolor. Estuve escribiendo el mail, revisándolo hasta que terminé. Quizá no pude decir todo lo que hubiera querido, pero era urgente, ese día, en ese momento era URGENTE acabar con esto. Di click en Enviar, instantes después la confirmación de que el mail había sido enviado correctamente, tomé el celular y borré su número de teléfono; nunca me lo aprendí, sólo los primeros tres números. Sentí un hondo dolor, un tremendo dolor, el dolor, supongo; que se siente cuando algo muere, el dolor que se siente cuando algo termina definitivamente. Poco a poco en ese día cero mi estado de ánimo recuperó algo de tranquilidad. Finalmente, yo había tomado la decisión, finalmente me había decidido a terminar con esta "relación" que me estaba volviendo loco, era yo el que decía adiós, era yo quien tomaba las riendas de la situación, la primera vez en todo lo que duró esto. Hacía más de año y medio que nos conocíamos, hacía más de año y medio donde pasabamos largas horas platicando y conociéndonos. Supongo que nos conocimos bien, y poco a poco, lentamente la fui queriendo; hasta, por supuesto, terminar profundamente enamorado de ella. Fueron tantas cosas que nos dijimos que irremediablemente no puedo olvidar tan de repente. Tanto sentimiento acumulado, que al decir adiós, por supuesto, causa una tremenda tristeza. Pero lo intenté, intenté con deseos profundos, con fuerza, con amor, con mucho amor; intenté estar con ella, que se enamorara de mi, que me aceptara total y profundamente. No lo conseguí, perdí y tuve que retirarme de su vida; y ahora intentar retirarla de la mía.

Introducción

¿Qué busco al escribir lo siguiente? ¿Qué espero que pueda significar vertir tantas letras en un espacio como este? ¿Qué pretendo que sea esto? Trataré de explicar las preguntas anteriores, quise empezar a desarrollar esto teniendo ya mi nueva Laptop, pero no llegará hasta el día 7. Qué pretendo que esto sea, quizá suene un poco trillado, pero busco sea un diario, un cajón donde vertir cada uno de los días que siguen al día cero, pretendo que al escribir vaya tomando sentido muchas cosas que pienso, siento y ahora me oprimen. Espero pueda significar todo esto un desahogo, y pueda observar, poco a poco, el cambio paulatino de mis estados de ánimo. Busco describir día a día cómo lograré olvidar, busco también tratar de describir cada uno de los días que cueste terminar de olvidar. El día cero al final se convertirá en el número de días que me costó terminar con esto. Quisiera demostrarme a mi mismo que aún en la tristeza se puede escribir con astucia, humor y toda la pasión que ha desbordado el suceso... Cabe mencionar que el día cero comienza el domingo 5 de Agosto de 2007 y el suceso que desencadena esto fue a las 5:15 de la tarde. Empiezo a escribir este espacio en el día 5 y los siguientes días, quizá tengan un desfase en la fecha porque pretendo escribir por las noches y si puedo, publicar al día siguiente; de cualquier forma el encabezado mostrará el día en cuestión, quizá le ponga la fecha exacta... Trataré de acompañar cada día con algo de música, describir la música que acompañe a esos días.